Juan Matute
En el cuadro final a este artículo están los resultados, por centros de trabajo, de la huelga general del pasado 29 de septiembre. Y sí, sorprende que, con independencia a algunos teatros y grabaciones de series que no secundaron la huelga (lo cual me parece igual de respetable que el que sí decide parar), la profesión, en amplísima mayoría, paró.

¿Por qué?
Para decir basta a un deterioro progresivo de las condiciones laborales tanto en el teatro como en el audiovisual, que ya empieza a abocarnos al todos contra todos. Malo, muy malo. De esta realidad todos debemos tomar nota, empezando por las personas que representan institucionalmente tanto a los trabajadores, como en su caso a las empresas. Y es una reflexión que debiera hacerse con urgencia para detener esa espiral, y tomar una serie de medidas que dignifiquen profesional y laboralmente nuestra profesión, y normalice las relaciones entre empresas y trabajadores.
Todas nuestras compañeras y compañeros deben recordar. que la reforma laboral del Gobierno (endurecida con escarnio en su tramitación posterior en el Congreso de los Diputados) tiene como inmediata aplicación:
1.- Facilita y abarata el despido de los trabajadores.
2.- Mantiene la temporalidad injustificada.
3.- Otorga un carácter marginal a la contratación indefinida ordinaria.
4.- Incrementa el poder de dirección del empresario para disponer de los derechos reconocidos a los trabajadores por los convenios colectivos, mediante la modificación de las condiciones de trabajo y el descuelgue salarial.
La “cláusula de descuelgue” en la negociación colectiva, en los convenios. Quiere decirse que cualquier iniciativa empresarial podría desvincularse de los convenios en vigor que nos afectan, y firmar con sus trabajadores artistas, por ejemplo un acuerdo de empresa.
5.- Mantiene la precariedad de los contratos formativos.
6.- Autoriza las agencias privadas de empleo con ánimo de lucro, sin mejorar los Servicios Públicos de Empleo.
7.- Autoriza a las empresas de trabajo temporal en actividades cuya exclusión está plenamente justificada.
8.- No introduce medidas efectivas en materia de igualdad y no discriminación entre hombres y mujeres.
Y las consecuencias del ajuste económico (a los trabajadores, por supuesto, que los mercados financieros ya se han encargado con anterioridad de poner a sus pies a los gobiernos de Europa) son:
1.- Reducción del gasto público.
2.- Recortes salariales a los empleados públicos.
3.- Congelación de las pensiones.
4.- Supresión del periodo transitorio de acceso a la jubilación parcial.
5.- Reducción de ayudas a las familias.
¡Lo que nos faltaba!
Lo que nos faltaba, que tenemos una tasa permanente de desempleo de más del 60%.
Que convivimos laboralmente con unos convenios actuales que en muchos casos no se cumplen, y cuya problemática actual exige una inmediata reflexión de todas las partes, adecuándolos a la realidad actual.
Sí, afortunadamente hay compañeras y compañeros que denuncian las situaciones de incumplimiento y son atendidas para buscar soluciones por medio del diálogo y la intermediación, antes de que pasen –si es necesario- a la asesoría jurídica, a los abogados del sindicato. Gente que da un paso adelante: Chapeau!
La autocrítica la estamos haciendo de siempre, es parte inherente al sentir de una organización sindical afortunadamente independiente y asamblearia. Pero desde hace meses (al menos desde que un servidor se ha vuelto a incorporar a esta secretaría hasta las próximas elecciones a Junta General del año que viene) os aseguro que no habrá sido por falta de debate, análisis, críticas, asambleas, asumir errores y escuchar un muy amplio abanico de voces, no todas del sindicato: siempre buscando la unidad de la profesión.
Desde que allá por febrero un grupo de muy queridos compañeros convocaron una asamblea en el teatro Alfil para recordar lo que se logró primero con la victoria del día de descanso y luego en la huelga del espectáculo de 1975, y llamar la atención ante el alarmante deterioro de la condiciones laborales y profesionales, a la actualidad, se ha recorrido un camino duro, incesante, agotador, para rearmar la unidad en aras a objetivos muy claros en el orden laboral y en el orden institucional.
En el ámbito laboral, para acometer una serie de prioridades tanto en el convenio de teatro (remuneración por ensayos, por ejemplo, verdaderamente paupérrima), como en el convenio del audiovisual (incumplimiento desde hace años de la jornada laboral, con grabaciones de series y rodajes con 11 y 12 horas por sesión).
En el orden institucional, para que las distintas Administraciones Públicas se comprometan a llevar adelante una serie de propuestas fundamentales, básicas, para armonizar las distintas políticas teatrales en torno a lo de siempre. He aquí algunas de las prioridades, dentro de un amplio paquete que compete a las tres Administraciones.
Recordaros que todas las reivindicaciones planteadas han sido debatidas y aprobadas en Asamblea. Son, en definitiva, los mismos temas de siempre, que se remontan a la dictadura:
Fortalecimiento de los presupuestos destinados a las Artes Escénicas y al sector audiovisual
Gestión democrática de los teatros públicos.
Apoyo a iniciativas teatrales de carácter semipúblico buscando la estabilidad. Apoyo a otras iniciativas, como cooperativas y nuevos formatos.
Favorecer la programación de compañías radicadas en la Comunidad de Madrid, en los espacios dependientes tanto del Ayuntamiento de Madrid como de la Red de Teatros de la CAM: el eterno problema de la distribución.
Infraestructuras y equipamientos.
La formación artística y técnica.
Decisiones vinculantes en las distintas comisiones que conceden ayudas y subvenciones en distintas modalidades.
Incremento en las cuotas de pantalla de las televisiones para las telecomedias, telenovelas y series de producción propia, etc, etc…
¿Qué buscamos con todas estas reivindicaciones?
La creación de puestos de trabajo.
Luchar por la creación de núcleos estables de trabajo.
La participación democrática del sector profesional en la gestión de las diversas políticas culturales.
La defensa de los derechos laborales.
Finalmente quiero agradecer el enorme trabajo de multitud de compañeras y compañeros que de una forma desinteresada han currado como bestias para que nuestra voz se oyera alta y clara.
Deciros que esto ni mucho menos ha terminado, y que el siguiente envite que prepara nuestro magnífico Gobierno “progresista” va directamente al corazón de las jubilaciones y a una reforma del INEM y de las políticas de desempleo.
Espero que el Gobierno deje de una vez de hablar del “Estado del Bienestar”. Como decimos en el Manifiesto de la Cultura, es un mal chiste que ya apesta por su falsedad e hipocresía.
La huelga en salas y teatros de madrid y en el sector del audiovisual:
Teatros:
La Abadía…………….Pararon
Alcázar………………..Pararon
Alfil…………………….Pararon
Amaya………………..Pararon
Arenal…………………Pararon
Arlequín……………….Pararon
Auditorio Nacional…..Pararon
Bellas Artes…………..Pararon
Circo Price……………No Pararon
Coliseum……………..Pararon
Compac Gran Vía…..Pararon
La Zarzuela………….Pararon
Español……………….Pararon
Fernán-Gómez………Pararon
Fígaro…………………Pararon
Galileo Teatro……….Pararon
Infanta Isabel……….Pararon
La Latina……………..Pararon
Lara…………………..Pararon
Lope de Vega……….Pararon
Maravillas……………Pararon
María Guerrero……..Pararon
Marquina……………..Pararon
Muñoz Seca………….No Pararon
Naves del Español….No Pararon
Nuevo Apolo…………Pararon
Nuevo Alcalá………..No Pararon
Pavón…………………Pararon
Príncipe Gran Vía…..Pararon
Reina Victoria……….No Pararon
Rialto Movistar………Pararon
Teatro de Madrid……Pararon
Teatro Real…………..Pararon
Teatros del Canal…..Pararon
Valle-Inclán………….Pararon
Audiovisual:
L23-F…………………..No pararon
Águila roja……………No pararon
Amar en t. revueltos.pararon
Ángel o demonio……No pararon
Capitán trueno
(largo)…………………Pararon
Cuéntame…………….pararon
Doctor Mateo…………pararon
Gavilanes……………..Pararon
Hispania……………….Pararon
La piel que habito
(largo)………………….Pararon
Lo imposible…………..Pararon
Para qué sirve un
oso………………………Pararon
Piratas…………………..Pararon
Tierra de lobos………..No pararon
Torrente………………..No pararon
Las escuelas de Arte Dramático, tanto la pública (RESAD) como las privadas, pararon o no habían iniciado su actividad académica.
Las salas alternativas no tenían función ese día, salvo la Cuarta Pared, que paró.